1. Monumento a los Lanceros del Pantano de Vargas
Construido en honor a los 14 lanceros que, el 24 de julio de 1819, al mando del Coronel Juan José Rondón, lograron una de las victorias más heroicas y decisivas de la causa independista. De 33 metros de alto, el monumento se erigió en 1969, con motivo de la celebración de los 150 años de la independencia.
Esta obra, en bronce fundido, se caracteriza por combinar la belleza arquitectónica y la imponencia escultórica que logró el maestro Rodrigo Arenas Betancur, siendo el conjunto de su clase de mayor tamaño en Colombia.
2. Aguas Termales de Paipa
Este municipio posee numerosas fuentes de aguas termales medicinales, alrededor de las cuales se ha generado una importante actividad turística.
3. Lago Sochagota
Este lago artificial, construido a mitades del siglo XX, es uno de los emblemas del turismo en Paipa. Este recurso acuático, que se encuentra rodeado por los hoteles, clubes y complejos turísticos más reconocidos de Paipa, se presta para la práctica de deportes náuticos como el esquí, el velerismo, el kayak o el canotaje; paseos en lanchas o en botes de pedales o, simplemente para realizar recorridos a pie, en bicicleta o a caballo en su periferia que hacen de esta una experiencia de deporte, ecología, diversión y entretenimiento.
Este atractivo cuenta con malecón, parqueaderos, muelles y tiendas para la adquisición de alimentos y recuerdos del lugar.
4. Hacienda del Salitre
Construida en 1720, a 8 km de Paipa por la vía que comunica con Toca, la actual sede del Hotel Hacienda el Salitre se caracteriza por su arquitectura de estilo colonial y su extensión de cerca de 18 mil metros cuadrados de jardines que la rodean.
Esta hacienda, es un atractivo de importancia histórica para Paipa y Boyacá, dado que allí se hospedaría El Libertador: Simón Bolívar. Allí, aún se conserva la capilla del siglo XVII, la plaza de toros del siglo XX y los balcones típicos de la época colonial.
Sea que deseen hospedarse o visitar su recinto, quienes pasen por este atractivo podrán gozar de sus servicios de piscina, agua termal y zonas recreativas.
5. Laguna de Tota
Ubicada en la vía Sogamoso-Aquitania, esta majestuosa laguna es el segundo lago más importante de Sudamérica, después del Lago Ticaca, en Perú: Con 200 km cuadrados en su cuenca, un espejo de agua de 55 Km cuadrados y un perímetro de 47 Km, es también la reserva de agua dulce más grande de Colombia.
El cultivo de trucha la ha convertido en sede de campeonatos de pesca deportiva, que congregan a expertos y aficionados de esta disciplina, provenientes de distintas zonas del país.
En su interior, se encuentran las islas de Santa Helena, Cerro Chico y San Pedro, que incrementan su valor como atractivo eco-turístico.
6. Playa Blanca
Ubicada en el extremo sur del Lago de Tota, con una extensión cercana a los 800 m, cuenta con zonas para camping; servicio de restaurantes, con preparaciones típicas de la región, mayoritariamente a base pescado; un muelle, para albergar la llegada de los pescadores; y alquiler de lanchas, para dar un paseo por la laguna.
7. Pueblito Boyacense
Ubicado en la vereda Tocogua, cerca al casco urbano de Duitama, fue construido en 1992 con el propósito de reunir réplicas de algunos municipios pertenecientes al departamento de Boyacá, entre ellos: Villa de Leyva, El Cocuy, Tensa, Tibasosa, Monguí, Ráquira y Sáchica.
Recreando las construcciones de estilo colonial características de estas regiones, este lugar alberga recuerdos tradicionales boyacenses: Casas de colores, venta de productos artesanales, oferta gastronómica, tertulias y eventos culturales, que complementan este recorrido turístico lleno de historia.
8. Museo Arqueológico y Templo del Sol
Localizado en el barrio sogamoseño de El Sol, este museo, que se creó en 1942 por las acciones del etnólogo y arqueólogo boyacense, Eliecer Silva Celis, tiene la particularidad de haber sido construido sobre un cementerio indígena. En él, es posible encontrar exposiciones de piezas precolombinas de la cultura Muisca, entre ellos: objetos elaborados con huesos de animales y carbón mineral, herramientas hechas con piedra y elementos usados para la guerra.
Además de estas exposiciones, este atractivo se destaca por albergar una réplica del templo del sol, quemado por soldados españoles en 1532, y reconstruido, por el mismo Silva Celis, sobre el lugar circular donde se asentaba.
9. Basílica y Convento de Nuestra Señora de Monguí
Este conjunto monumental de estilo romántico, hecha en calicanto, destaca por las tallas en piedra y madera, así como por su colección pictórica y la decoración de sus altares. De hecho, es considerado como una de las expresiones más representativas de la arquitectura neogranadina.
En su interior, alberga una exhibición artística de 130 cuadros, entre ellos el de la Sagrada Familia; los de Nuestra Señora de Monguí, patrona de esta localidad; y nueve pinturas al óleo sobre madera, incluyendo algunas otras al óleo sobre tela.
Además de esto, alberga utensilios y muebles pertenecientes a la comunidad franciscana, donde se encuentran varias representaciones de la época colonial, realizadas por el pintor capitalino Gregorio Vásquez de Arce y Ceballos.
Su construcción comenzaría en 1694 y culminaría 100 años después. Con su fundación, se marca el inicio de la evangelización de los Llanos Orientales.
10. Páramo de Ocetá
Este recorrido que se hace en compañía de guías especializados, se inicia detrás de la Basílica de Nuestra Señora de Monguí y se caracteriza por su belleza paisajística natural.
En medio de frailejones, semecios, musgos y líquenes, que acompañan este ascenso, de 3 horas de duración, se llega al punto conocido como la “ciudad de piedra” o “ciudad perdida”: se trata de un corredor de formaciones de piedra, de más de 15 m de altura, que se formaron a partir del desplazamiento de las lozas tectónicas.
La caminata en medio de ecosistemas donde se observan jardines, depósitos de agua y refugios de especies animales, culmina en la Laguna Negra, atractivo que debe su color a la vegetación que se encuentra allí alojada., a una altura aproximada de 4000 m.s.n.m. Desde allí es posible observar las fuentes que se escurren desde el páramo hasta la laguna.